Mary Ward es la fundadora de la Congregación de Jesús. Nació el 23 de enero de 1585 en el condado de York, norte de Inglaterra. Su niñez y juventud estuvieron marcadas por la persecución contra los católicos en su patria. Para consagrar totalmente su vida a Dios, decidió abandonar su familia y su patria y entrar en el convento más austero en Saint Omer, Países Bajos. Pero Dios le indicó otro camino. Junto con otras compañeras empezó en 1609 una nueva forma de vida religiosa. Se inspiró en la espiritualidad ignaciana. El fin de esta nueva comunidad femenina era estar al servicio de la fe, especialmente mediante la educación de las niñas, pero también a través del servicio pastoral y la ayuda en el campo social y caritativo. Mary Ward quería ayudar a la mujer a recuperar su dignidad. Quería educarla para asumir su propia responsabilidad en la sociedad y en la Iglesia. “También las mujeres pueden hacer grandes cosas” era la convicción de Mary Ward.
El plan de Mary Ward no se correspondía con la idea corriente de la Iglesia sobre la vida religiosa de la mujer y encontró obstáculos y dificultades. A los veinte años de su comienzo, su obra, que había arraigado en diversos países de Europa, fue suprimida.
Mary Ward, poniendo su confianza en el Señor, aceptó este dolor, al igual que la pobreza y la enfermedad. Permaneció serena, tranquila, firme en su fidelidad a la Iglesia. El 30 de enero de 1645 murió en York, en Inglaterra y se convirtió en semilla de Dios que sigue dando fruto por todo el mundo.
Hoy la Congregación fundada por Mary Ward se extiende por todo el mundo.
