
Este año tuve el regalo de compartir la vida y acompañar a 10 chicas de entre 15 y 19 años. Juntas fuimos conociendo más a Jesús a través de su Palabra y de la expericia personal de su presencia cercana en la realidad que cada una vive.
Ese día pedí y pido al Señor para todo el cuerpo universal de la CJ, la gracia de vivir en plenitud la dedicación al servicio de la Iglesia y el especial cuidado por el bien de la juventud.
Mariana cj

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